sábado, 14 de enero de 2012

Beneficios de la Santidad

El mantenernos santos nos beneficia en gran manera, aquí tenemos tres beneficios:

1. Autoridad 

Jeremías 1:10
"Mira que te he puesto en este día sobre naciones y sobre reinos, para arrancar y para destruir, para arruinar y para derribar, para edificar y para plantar."
No somos cualquier cosa, somos escogidos por Dios. Todo lo que Dios representa es lo que nosotros debemos representar aquí en la tierra.

Recordemos que somos Embajadores de Dios en la tierra y que debemos comportarnos como tales.
La Santidad nos permite tener autoridad porque es en ella en la cual Dios se glorifica de gran manera. ¿Qué estamos haciendo nosotros para que el nombre de Dios sea glorificado?

2. Dios nos Respalda

1 Corintios 10:23
"Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica." 
Dios nos dio poder para que tengamos dominio propio. Podemos hacer "todo lo que queramos" pero es en esto donde debemos preguntarnos si nos conviene o no hacerlo, si nos edifica o no. 

Dios nunca respalda algo que está en contra de su palabra. Todas las herramientas que Dios nos dio se deben usar con el respaldo de Dios. Nuestra juventud es vanidad, pasará sin darnos cuenta y es por ello que debemos estar conscientes que si ponemos a Dios como prioridad entonces estaremos respaldados de por vida y Dios nos llevará de triunfo en triunfo. Las bendiciones siguen a aquellos que viven conforme a la voluntad de Dios.

3. Abundas en el fruto del Espíritu Santo y Dios te guarda

Gálatas 5:22
"Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay."
Es a partir de los frutos donde nosotros podemos evaluarnos y ver el nivel de santidad que vamos alcanzando, es decir, mientras más fruto del Espíritu tengamos más santidad estamos manteniendo.

El estar en santidad provoca que Dios nos proteja del mal y de caer en tentación. Recordemos que "aunque vivimos en la carne debemos dominar la carnalidad en nosotros"

La santidad la alcanzamos a través de la palabra de Dios y de la intimidad que tenemos con Él. Es hora de crucificar nuestra carne con sus pasiones y deseos no sólo sexuales sino académico-profesiones, etc. 

Preguntémonos: ¿será que podemos renidr todo nuestro ser a Dios por completo?

Yuri Torres



sábado, 7 de enero de 2012

La santidad como estilo de vida

Daniel 1:8
"Y Daniel propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la comida del rey, ni con el vino que él bebía; pidió, por tanto, al jefe de los eunucos que no se le obligase a contaminarse."
Daniel era un joven extranjero en Babilonia que estaba consciente de que Dios tenía un propósito para su vida. Él propuso en su corazón apartarse de lo que podía contaminar su estilo de vida.

Ser santos significa mantenerse puro, apartarse para Dios. 
Nosotros debemos decidir apartarnos para Dios, es decir, alejarnos de todo lo que el mundo ofrece, no podemos hacer las cosas que el mundo hace, debemos entender que estamos en el mundo pero no somos del mundo.

Hay que tener mucho cuidado con nuestro estilo de vida, nuestras amistades, nuestra forma de vestir, la manera en que nos comportamos en casa, en clases o el trabajo, porque de poquito a poquito nos podemos alejar por completo del propósito de Dios el cual es el mejor para nuestras vidas.

Seamos conscientes de que es preferible perder todo el mundo pero nunca perder a Dios.

Pero, ¿cómo ser santos en un mundo tan llamativo a lo opuesto de Dios?
El ser temeroso de Dios nos ayuda a apartarnos del mal porque es así como evitamos darle lugar a Satanás, es decir, si vemos que algo o alguien  puede impedirnos el mantenernos en santidad, nosotros debemos tomar la decisión de alejarnos de ello para no poner en peligro nuestra santidad. Recordemos que el temor a Dios no es tenerle miedo ni pánico, sino respetarlo como Él se merece.

"La santidad se nota a leguas"
La gente nota la sentidad porque tu vida se mantiene muy bendecida en todos los aspectos. La gloria de Dios está con los santos.

NO dejemos que Satanás nos quite la pureza que Dios puso en nosotros. Seamos diferentes al mundo. Cada quien es único, seamos como Dios nos hizo no como el mundo nos quiere hacer. Cuidemos nuestro cuerpo porque es templo del Espíritu Santo.

¡La santidad no se obtiene de una vez, se construye!
La santidad se construye día a día buscando todo aquello que nos edifica y se protege con valentía sin importar lo que el mundo nos diga. "Es más importante lo que Dios piensa de mí que lo que el mundo diga de mí".
Es en santidad cuando Dios escucha sin obstáculos las oraciones y es ahí cuando vivimos confiados de que Dios nos escucha y responde.

Finalmente, propongámonos este año a vivir una vida consagrada a Dios. Este año vamos a hacerlo mejor que el 2011, ese es nuestro reto.

Tania Silva.